Por término medio, pasamos entre siete y ocho horas al día en la cama. Durante este tiempo, sudamos, nuestra piel muerta se desprende y nuestros olores corporales se impregnan en las sábanas. Para evitar los malos olores y la proliferación de bacterias, es importante cambiar con frecuencia las sábanas, las fundas de almohada e incluso las fundas nórdicas. Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Cuándo hacerlo? ¿Cómo limpiar las sábanas sin estropearlas?

¿Cuándo debo lavar mi funda nórdica?

Puede que tengas la tentación de decir "cuando esté sucio". Pero no hay que esperar a que aparezcan manchas o se desarrollen olores desagradables para meter la funda nórdica en la lavadora. Afortunadamente, algunas fundas nórdicas son fáciles de lavar, sobre todo las de algodón percal. Julie Lavarière ha aprovechado la calidad de este tejido para producir ropa de cama original y de alta gama.

Cada noche perdemos alrededor de 1,5 litros de agua en forma de sudor y saliva. Toda esta agua es absorbida por nuestras sábanas y colchones, pero también por nuestros edredones. Al sudor se añade la piel muerta. El resultado es un delicioso cóctel, muy apreciado por los ácaros del polvo. Por eso, limpiar la ropa de cama ayuda a mantener a raya las bacterias y los malos olores.

En cuanto a la frecuencia, todo depende de cuándo te duches. Si eres de los que se duchan por la noche, puedes lavar la ropa de cama cada quince días. Esto se debe a que al ducharte habrás eliminado la piel muerta y otros residuos del día. Por tanto, habrá menos residuos en la cama. Sin embargo, si te gusta ducharte por la mañana, es mejor que la laves cada semana. Del mismo modo, es aconsejable lavar y cambiar la ropa de cama con más frecuencia en verano que en invierno.

¿Hay alguna forma especial de lavar una funda nórdica?

Como toda la ropa de cama, las fundas nórdicas pueden lavarse a máquina. Por supuesto, conviene leer antes la etiqueta. Si el material de la funda es frágil, considere la posibilidad de lavarla a mano o a baja temperatura, en particular a 30 grados para la seda. Para la ropa de algodón o poliéster, lávela a alta temperatura, entre 50 y 70 grados. La temperatura ideal para matar las bacterias es de 60 grados, pero puedes llegar hasta los 90 grados en el caso del algodón blanco.

Ya que hablamos de colores, debes saber que no puedes limpiar una funda nórdica de color de la misma forma que una totalmente blanca. El blanco puede soportar altas temperaturas, pero la ropa de color es más delicada. Recuerda siempre separar estos dos tipos de ropa para evitar sorpresas desagradables. Para mantener su funda nórdica blanca y reluciente, rocíela con agua mezclada con un poco de vinagre blanco antes de meterla en la lavadora. Sin embargo, evita utilizar suavizantes. Tienden a amarillear la ropa. Por último, a la hora de secar, recuerda que las secadoras son enemigas de la ropa de color. Opta por el secado al aire libre.